Las jornadas culturales ecuestres de Medina de Rioseco homenajearon a los hermanos Peralta. Ángel Peralta volvió a su tierra adoptiva entre el cariño de todos los asistentes.

Los históricos rejoneadores Ángel y Rafal Peralta, como ya hicieran durante más de medio siglo con motivo del tradicional Festival Taurino a beneficio de la residencia de ancianos, volvieron a su segunda casa, donde recibieron un cálido homenaje en el décimo aniversario de la Asociación de Caballistas que lleva el nombre de Hermanos Peralta.

El Centauro de La Puebla afirmó que tras más de 50 años organizando el Festival en las fiestas de la localidad (conocidas por eso como el día de San Peralta), le gustaría volver a hacer el paseíllo a caballo en junio del presente año.

Noticia del Homenaje en “La Voz de Rioseco”:

http://www.lavozderioseco.com/?p=8397

“Siglos de Toros”, la revista que apuesta por el campo, el toro y el caballo. Reproducimos el artículo “Retorno a la génesis: Entre el torero y el centauro”, del mes de enero



El Centauro Ángel Peralta dando un pase de pecho






Excepcional natural de Rafael Peralta

 

La revista “Siglos de Toros” se posiciona como una de las revistas más interesantes del panorama literario, ecuestre y taurino a nivel nacional e internacional.

Reproducimos a continuación el artículo de Rafael Peralta Revuelta, publicado este mes :

“El arte del rejoneo y el del toreo a pie están íntimamente ligados desde el germen de la tauromaquia. Si bien, a lo largo de la historia, han podido seguir caminos diversos, existen momentos en los que ambos se unen y confluyen para dejar pasajes llenos de belleza y torería.

Si en Portugal el denominado “arte de Marialva” sigue teniendo, en número de festejos y afición, una importancia superior al toreo a pie, en España, tiempo atrás, el toreo con capa y muleta fue tomando un mayor protagonismo que el que se practicaba desde el caballo. Esta supremacía hace que el rejoneo (que tuvo su auge en los siglos XVI y XVII) quede relegado a un segundo plano, hasta que poco a poco va dejando de ejercerse en los ruedos de nuestra piel de toro.

Cañero y Conchita Cintrón, el resurgimiento

No será hasta la aparición de un militar cordobés, Antonio Cañero, cuando se recupere la tradición de torear desde un caballo. Antonio Cañero rescata el rejoneo y trae la esencia del campo andaluz a las plazas vistiendo sombrero de ala ancha y traje con chaquetilla corta.

Cañero solía sortear con los matadores del cartel, terminando muchas veces la lidia de sus toros con muleta y espada. Antes de comenzar su andadura en los ruedos participó en numerosos concursos hípicos de salto, de ahí que más tarde, saltara también en la arena a los toros sobre su célebre jaca “La Bordó” o sobre su caballo “Águila Blanca”. En 1925 culminó su temporada toreando en París, con notable éxito.

Posteriormente a Cañero, en los cosos de España y de América, sobresalió una extraordinaria amazona, Conchita Cintrón. La “diosa rubia del toreo” dejaba fascinado al público de entonces no sólo por su destreza sobre los corceles, sino por su sabiduría en la lidia de a pie, con un estilo elegante y a la vez dominador.

Caballeros en plaza, ganaderos en el campo

De las tierras albarizas de Jerez, apareció el jinete Álvaro Domecq y Díez, de familia bodeguera y ganadera y gran aficionado a la aviación. Don Álvaro fue amigo íntimo de Manuel Rodríguez “Manolete”, con el que solía pasar temporadas en el campo. El caballero jerezano, alquimista de la bravura con sus toros de “Torrestrella”, solía ejecutar la suerte suprema a estoque desde el caballo. En otras ocasiones, le gustaba instrumentar algunos pases a pie antes de perfilarse con la espada. Este gusto por el toreo a pie lo heredaría su hijo, Álvaro Domecq Romero, figura de los setenta, siempre valiente y poderoso.

Álvaro Domecq formaría cuarteto histórico con Lupi y con los hermanos Peralta. Tanto Ángel como Rafael, actuales conservadores del toro de encaste Contreras, culminaban algunas de sus memorables actuaciones echando pie a tierra. Esta faceta solía practicarla con más frecuencia el menor de los hermanos, quien solía participar a pie en tentaderos alternado con toreros y figuras.

Otro rejoneador e intérprete del toreo a pie es Fermín Bohórquez Escribano, criador de la principal ganadería brava (que lleva su nombre) para el rejoneo de hoy día, procedencia Murube-Urquijo. Asimismo, el caballero en plaza Enrique Valdenebro, Excmo. Conde de San Remy y propietario de la ganadería de “Ruchena”, solía también torear en los cosos fiel a un estilo añejo, aristocrático y señorial.

Sobre la lidia. Cómo eran aquellas faenas…

Una vez que habían colocado las banderillas cortas y el jinete dejaba su caballo y atendiendo al comportamiento del toro, se solía comenzar la faena de muleta con pases por alto –ayudados, estatuarios- o bien, por bajo, con pases de castigo, hasta llevarlo, normalmente, más allá de la segunda raya. Una vez situado el burel fuera del tercio, cada uno interpretaba su toreo por el pitón que viera más adecuado. A veces, se remataba la serie con algún molinete, trincherazo o kikirikí; otras veces, con profundos pases de pecho. Solían ser faenas más bien breves, de doce, quince o veinte muletazos, a lo sumo. Estos pases servían para preparar el toro para la suerte suprema, pero también, aportaban al aficionado un mayor conocimiento de la bravura del toro, vislumbrando así mejor cualidades tan importantes como el temple, la fijeza o el recorrido.
Figuras del toreo que rejonearon

El primer caso conocido de un matador de toros que posteriormente toreara a caballo en los ruedos fue el de José García Carranza, más conocido como Pepe “El Algabeño”. Ataviado con impecable vestimenta campera, “El Algabeño” fue fusilado en la Guerra Civil española y fue el primer rejoneador en sacar el palo de garrocha sobre el albero para parar los toros.
En la historia de la Tauromaquia hay tres casos importantes de toreros que decidieron probar suerte en el rejoneo. Tres revolucionarios, tres creadores de estilos que han marcado época: Juan Belmonte, el mejicano Carlos Arruza y, más recientemente, Paco Ojeda. Los tres supieron llevar su conocimiento del toro y de la lidia al toreo a caballo.
Estado actual

Hoy día, salvo contadas excepciones, resulta insólito ver torear al natural a un rejoneador a pie en una plaza. Cuando se bajan del caballo, es únicamente para descabellar. La razón es que el Reglamento obliga a clavar dos rejones de muerte antes de echar pie a tierra.
Interpretar esa norma para volver a los orígenes, es decir, poder intercalar toreo a caballo y a pie (o viceversa), otorgaría más prestancia y brillantez al espectáculo taurino. Instantes mágicos, como los que protagonizó Diego Ventura en una corrida goyesca en Ronda, producen en el aficionado un éxtasis de romanticismo, pureza y emoción.
Tan sólo en contados festivales, como el que actuó Julián López “El Juli”, rejoneando en Medina de Rioseco (Valladolid) o, meses atrás, el de La Puebla del Río, con Morante y Diego Ventura asumiendo los dos ambas facetas, hemos podido contemplar la maravillosa simbiosis del torero-rejoneador.
A caballo o a pie, la misma esencia

Desde el caballo o a pie, la verdad del toreo parte de idénticas directrices. Cuando caballo y jinete se conjugan a la perfección, cuando parecen forman un solo cuerpo, se forma el centauro. Sobre la arena, ante la presencia del toro bravo, tanto el torero como el centauro exponen sus vidas para crear una obra única. Los dos nacen de la mitología y buscan la realidad para alcanzar el auténtico significado del arte de torear…

 

El toreo es ensueño, fantasía,
es el arte que brota en cada suerte;
engañar sin mentir, verte y no verte
en un juego de amor y valentía.

 El toreo es la magia, es sinfonía,
es un rito sagrado, bravo y fuerte,
pues triunfa en él la vida de la muerte
cuando un toro encastado desafía.


El toreo es hechizo y sentimiento;
compás, inspiración, caricia al viento,
es el duende que se queda en la memoria.


Y es la honda emoción de la corrida,
la que templa y somete la embestida
y que asciende al torero hasta la gloria”.




Este reportaje viene documentado con fotos de Antonio Cañero, Conchita Cintrón, Álvaro Domecq y Díez, Álvaro Domecq Romero, Fermín Bohorquez Escribano, Juan Belmonte (como rejoneador), Paco Ojeda (rejoneando), Carlos Arruza (rejoneando), Diego Ventura y Morante de La Puebla.


Más información: http://www.siglosdetoros.com/

“Bellas Artes para los Peralta”, artículo de Antonio Burgos

Tanto el prestigioso escritor del diario A B C Antonio Burgos como el crítico taurino Zabala de la Serna proponen a los hermanos Peralta para la Medalla de las Bellas Artes

A continuación reproducimos un extracto del artículo publicado ayer donde Antonio Burgos solicita para los “Centauros de La Puebla” la Medalla de las Bellas Artes:

“…Cuando los que tenían que estar hoy en Santander eran los hermanos Peralta. Me sumo, pues, a la propuesta que hacía ayer Zabala de la Serna, pero la matizo. Si se trata de conceder la medalla al arte del rejoneo, como se la dieron justísimamente a don Alvaro Domecq, es lógico que sea por colleras. La collera natural de don Ángel Peralta no es el del cuento del envergue de «Cagancho», que llegó al rejoneo ayer por la mañana, sino su hermano don Rafael, en unión del cual revolucionó el arte del toreo a caballo durante medio siglo. Tan unidos están en el imaginario popular los hermanos Peralta como los hermanos Bécquer, los Álvarez Quintero o los Machado. Tan populares fueron los dos juntos a caballo en los ruedos, formando collera, que recordarán el chiste sevillano del mariquita que fue a los toros por primera vez y al ver a los alguaciles con su negro atuendo salir a hacer el despeje preguntó:
-¿Por qué van de luto los hermanos Peralta, se les ha muerto alguien?
Por mucho que sepamos de toros, de rejoneo no solemos tener idea, excepto esa moda actual del famoseo del nombre de los caballos, que un día los van a llevar a «La Noria» y todo. Comprobé que no sabía ni papa de rejoneo la tarde que me hizo una breve historia de su evolución mi recordado Enrique Valdenebro Halcón, el marqués de Ruchena, que fue rejoneador usando su título de Conde de San Remy. Me explicó San Remy que en el rejoneo hubo un antes y un después de don Antonio Cañero, que trajo desde el campo a la plaza el arte de torear a caballo. Pero que quien realmente inventó y codificó el rejoneo tal como lo conocemos hoy e hizo la tauromaquia montada fue don Ángel Peralta. Piensen una suerte del toreo a caballo, que seguro que la inventó el Centauro de la Puebla: la rosa, las banderillas cortas, qué sé yo. Hasta los Peralta, el rejoneo era pegar caballazos y alancear toros; desde que llegaron ellos, fue torear a caballo, parar, templar con la grupa, cruzarse, mandar. Y además, dos poetas de la marisma, por si fueran pocos sus méritos para las Bellas Artes: arte popular de las sevillanas en Rafael; arte lírico de mágicas historias de caballos y pájaros en Ángel.
La justísima medalla de las Bellas Artes que hoy tendrían que entregar los Reyes en Santander, pero que ya caerá, debe ser como el monumento que van a levantar a nuestros dos artistas en su Puebla: por colleras. Trátase ahora de que el año que viene se la concedan. No sé dónde hay que escribir para pedirlo. Yo, de momento, sí lo sé: en este artículo. Así que pónganle una póliza y mándenlo al Ministerio de Cultura a modo de instancia, en tiempo y forma.”
Enlaces relacionados:

La Puebla del Río vibró con los hermanos Peralta y el toreo a caballo y a pie de Diego Ventura y Morante de la Puebla


Éxito total en el Festival Pro-monumento a los Centauros de La Puebla que fueron sacados a hombros en compañía de Ventura y Morante en tarde histórica para el recuerdo


Se agotaron las localidades desde hacía varios días. Aficionados de todas partes no querían perderse un espectáculo único, un festejo homenaje a dos leyendas del toreo a caballo: Ángel y Rafael Peralta.
La plaza entera, con los tendidos a rebosar, se puso en pie cuando aparecieron los Centauros de La Puebla en sus caballos Primavera XXIV y Aviador V. Tras el histórico paseíllo de los dos hermanos junto con Diego Ventura y Jose Antonio Morante se leyó un emotivo Manifiesto Pro-Monumento.
Tanto Ventura como Morante brillaron a un altísimo nivel y dejaron sus genialidades sobre el albero de la plaza. Lo más destacado llegó en el quinto novillo de la tarde, cuando intercambiaron papeles, toreando a pie Diego Ventura y rejoneando Morante de la Puebla.
Al final, éxito absoluto en La Puebla del Río con la salida por la puerta grande de los dos artistas y figuras de la Tauromaquia actual -Ventura y Morante- junto con los hermanos Ángel y Rafael Peralta.

El Festival homenaje a los hermanos Ángel y Rafael Peralta colgará el cartel de “No hay billetes”

Máxima expectación para mañana en La Puebla del Río con motivo del Festival Pro-Monumento a los Centauros de La Puebla
Buena parte de personalidades del mundo del toro y del caballo se darán cita mañana con motivo del extraordinario Festival taurino. Diego Ventura y Morante de la Puebla lidiarán cinco reses de distintas ganaderías, en un festejo donde los hermanos Peralta harán el paseíllo de honor en sus respectivos caballos.
La respuesta del público ha sido tal que muy pronto se acabaron las localidades para asistir a este histórico homenaje.

Colabora con el monumento a los “Centauros de la Puebla”. La Comisión Pro-Monumento crea una cuenta de suscripción popular.


La Comisión Pro-Monumento a los hermanos Ángel y Rafael Peralta quiere agradecer todo el apoyo recibido hacia esta obra social.

Para la realización de dicho conjunto escultórico, a cargo de D. Luis Sanguino, se ha abierto una cuenta de suscripción popular a través de la entidad bancaria La Caixa de La Puebla del Río (calle Larga, 67).

Todos aquellos que quieran colaborar o realizar alguna aportación bien de forma particular o anónima hacia dicho fin podrán hacerlo a nombre de “Pro-monumento Centauros” a través del siguiente número de cuenta:

2100 2600 19 0210067876.

Tu colaboración es muy importante!! Granito a granito podemos conseguirlo

(Hacer clic en la imagen para ampliar. Diseño: cortesía de H2e media)